28/06/09

Torna alla luce la più antica icona di San Paolo

L'affresco, datato fine del IV secolo, è stato scoperto il 19 giugno, durante i restauri nelle catacombe romane di Santa Tecla coordinati dalla Pontificia Commissione di Archeologia Sacra. Lo annuncia l'Osservatore romano, a pochi giorni dunque dallo scadere dell'anno paolino.
"Una sensazionale scoperta" che "impressiona gli archeologi che seguono il lavoro da più di un anno", sottolinea l'Osservatore.
Durante il restauro di una decorazione pittorica di un cubicolo della catacombe, sulla via Ostiense, il laser ha messo in luce "il volto severo e ben riconoscibile di san Paolo", tra i più antichi e i più definiti che ci abbia consegnato la civiltà figurativa dell'antichità cristiana. Anzi, scrive l'Osservatore, "per le sue caratteristiche può essere considerato la più antica icona dell'apostolo finora conosciuta. Il volto, circondato da uno sfavillante clipeo giallo oro su rosso vivo, emoziona per il suo graffiante espressionismo e appare come un'icona forte ed eloquente dell'Apostolo delle genti, un volto d'epoca, che ci accompagna verso quella missione che la Chiesa di Roma, tra il IV e il V secolo, affida alla figura di Paolo nella conversione al cristianesimo degli ultimi pagani".
Nelle nuove pitture scoperte nel cubicolo di Santa Tecla appaiono ambedue i volti dei principi degli apostoli, definiti in tutte le peculiarità fisionomiche, che li caratterizzeranno nella civiltà figurativa tardoantica, bizantina e medievale e che giungono sino ai nostri giorni.
La compresenza di Pietro (la sua immagine è purtroppo molto rovinata dal punto di vista conservativo) e Paolo nel soffitto del cubicolo, seppure arricchita dalle altre due immagini per ora ingiudicabili, "ci accompagna - scrive ancora l'Osservatore - verso quello slogan della 'concordia apostolorum', ideato quale elemento determinante dell'ambizioso progetto politico-religioso della renovatio Urbis, pensato simultaneamente dalla propaganda imperiale e da quella pontificia, nell'ultimo scorcio del iv secolo e nei primi decenni del seguente, in perfetta sintonia con la cronologia dei nostri affreschi".


26/06/09

"Metafisica del Vangelo Eterno": una recensione dal Cile

di Sergio Fritz Roa


Reseña a:

“Metafísica del Vangelo Eterno” de Silvano Panunzio.

X° Libro della “Dottrina dello Spirito”, Metapolitica. Nuovi Cieli e Nuova Terra, Roma, 2007.


Al comenzar esta reflexión, deseamos hacer una declaración sincera y contundente: fue verdaderamente providencial –usamos, por cierto, la expresión de manera intencionada, no azarosa- recibir la presente obra. En efecto, cuando el ambiente intelectual de la hora presente carece de voces de real peso, contundentes y preclaras, y cuando lo poco interesante que al menos inicialmente se presenta a nuestra curiosidad no es más que una mera repetición de autores notables, un gentil amigo de Italia ha remitido a nosotros una obra que consideramos valiosa en muchos aspectos, lo que nos ha llevado a plasmar una reseña que sirva de viva recomendación para su lectura a quienes les interese conocer a uno de los grandes pensadores vivos del medio tradicional, junto a Jean Borella, Jean Hani y Seyyed Hossein Nasr.

El escrito que comentamos no es un texto aislado –aun cuando pudiera leerse separadamente sin problema-, pues pertenece a una opus única en su género: la “Dottrina dello Spirito”, conjunto de libros (doce en total) del profesor Panunzio que busca mostrar profundas meditaciones acerca de cuestiones tales como el simbolismo, el exoterismo religioso, la Tradición Universal, la metapolítica, la historia y la literatura, todo ello desde una perspectiva católica tradicional.

Para quienes desconocen los escritos de Silvano Panunzio, digamos algo acerca del autor. Nacido en Ferrara, Italia, su vida y obra han estado ligadas a la enseñanza de la filosofía. Fiel lector de los Evangelios, los cuales empezó a leer a temprana edad y que incluso llegó a memorizar, su viaje espiritual siempre ha estado ligado al Cristianismo, pero uno metafísico; es decir, guiado por claves hermenéuticas tradicionales. De allí que no sea extraño que nuestro autor recurra a la cita de autores como Platón, René Guénon, los padres de la Iglesia Oriental, Fulcanelli, o a la sabiduría que habita en el Vedanta, el Taoísmo o el Qur´an. Su mirada es por tanto una amplia, rica en horizontes, que indaga en el simbolismo universal y en el legado eterno del Verbo, el cual posee diferentes manifestaciones de acuerdo a las diversas tradiciones particulares que se han desplegado en el ciclo cósmico que vivimos. Varios textos de quien aquí nos ocupa han sido traducidos a otros idiomas, lo cual es prueba de la universalidad de la obra panunziana. Cabe recordar que son, entre otros, legado de Panunzio escritos como “Contemplazione e simbolo”, “Metapolitica”, “Canti Lirici”, y su traducción anotada del libro de René Guenón sobre “San Bernardo”. Su pensamiento ha sido reconocido como uno relevante y lúcido, tanto por personalidades del mundo católico (incluso por algunos Papas), como por una juventud inconformista que lo sigue fervientemernte. Su consecuencia en el camino escogido y la agudeza con que plasma su visión son cualidades que nos permiten reconocer en él no solo un escritor de interés, sino uno que debe ser oído por todos –más allá de su confesión religiosa-.

Vamos ahora al texto que nos preocupa. “Metafísica del Vangelo Eterno” se compone de cuatro partes, en las que en un estilo que posee un ritmo poético y que está lejos de los a veces tediosos escritos eruditos, se expresan dimensiones de la Revelación cristiana desde una óptica que considera e incluye a las demás tradiciones. Aun cuando todo el texto posee elementos propiamente metafísicos y por tanto esotéricos, podemos apreciar que en la Primera Parte se trata de una afirmación cristiana que incluye visiones metafísicas y teológicas acerca de algunos misterios del Cristianismo; en la Segunda Parte se analiza especialmente cierta simbología en relación a la Rosa+Cruz y la tradición hiperbórea; en la Tercera Parte, entre otras temáticas, algunas cuestiones de hermenéutica cristiana; y en la Cuarta Parte, se hace patente una comunicación o puente entre el Cielo y la Tierra.

Nos ha parecido objeto de interés lo referido a la “catástrofe en curso” (páginas 100 y 101) del mundo católico, es decir el alejamiento de algunos fieles por una incomprensión de lo que sería el verdadero Cristianismo. Ello, según el autor, se debería a un predominio de la “estructura burocrática del barroco católico” en perjuicio del rescate y defensa de los caracteres escatólogicos y proféticos. También el notable capítulo 9 (página 131 y siguientes), titulado bellamente: “Il mistero del Centro originario e il profumo della Rosa crucifera” (L´Iniziazione polare nella fioritura evangelica). Estas páginas poseen una riqueza doctrinal y documental impresionante, y en nuestro juicio es el mejor resumen de la filosofía rosa+cruz que se ha escrito en siglos. Quien desee aprender qué es la verdadera Rosa+Cruz deberá necesariamente remitirse a las palabras lúcidas y esclarecedoras de Panunzio. Quien piense que exageramos lo invitamos a que lea la definición dada acerca de esta fraternidad en página 137 y lo retamos a que dé una mejor. Aquel que sea capaz de observar atentamente este capítulo se nutrirá de una comprensión privilegiada, pues Panunzio ha entregado caritativamente una conceptualización valiosísima de la Rosa+Cruz y dado elementos fundamentales para acercarse a la Alquimia. El capítulo 10 es otra muestra del gran manejo técnico espiritual que posee el autor. Aquí se trata de geografía sagrada, tema de suyo complejo y en el cual pocos pueden hablar con cierta propiedad. Pensamos que Panunzio nuevamente tiene mucho que aportar. El capítulo 17 trata sobre el irlandés Johannes Scotus Eriugena. Se trata de una reflexión oportuna sobre un gran pensador católico, cuyas bases filosóficas se pueden hallar en Platón y Orígenes.

Pero que no se piense que los capítulos referidos son excluyentes de los demás... ¡Nada más lejos de nuestra intención! Pues todos fueron escritos con gran trabajo, y los mencionados son solo una predilección personal, ya que sabemos que el texto en sí es fecundo en revelaciones y debe ser leído en su integridad.

Para finalizar, deseamos sinceramente que nuestros lectores puedan descubrir al gran pensador que es Panunzio y así beber de una de las más cualificadas fuentes tradicionales vivas.


23/06/09

Bestemmia contro la democrazia

"Contro i deboli", "La vita non è sacra", "Elogio della prostituzione": bastano questi tre titoli a farci sentire come la 'filosofìa' delle migliori avanguardie del secolo scorso avesse dismesso il martello nietzscheano per il più efficace (e sprezzante) TNT.

INDICE

I cattivi pag. 11
La vita non è sacra » 17
Marcia del coraggio » 21
Contro i deboli » 27
Glossa sopra il manifesto futurista della lussuria » 31
Elogio della prostituzione » 35
Fra me e me » 43
Bestemmia contro la democrazia » 45
Bestemmia contro il giornalismo » 47
L'arte di bestemmiare » 51
Indice dei nomi

Giovanni Papini - Ardengo Soffici - Italo Tavolato, Bestemmia contro la democrazia, Ed. Ar, € 8,00

22/06/09

La solita politica dei vermetti-furbetti

di Filippo Giannini

Vermetti-furbetti: sono così chiamati dei piccoli animali invertebrati che hanno corpo molle. Il loro luogo naturale, dove prolificano, è in quella fascia di terra bagnata dal mare caldo”.

Sì, i vermetti-furbetti hanno lasciato credere che le atrocità (reali o presunte, come vedremo) commesse dagli italiani in Libia, furono opera del male assoluto. La Verità vera è completamente diversa, o almeno fortemente ridimensionata.

L’invasione della Libia fu preparata dall’Italia fin dal 1887 (Mussolini, il male assoluto, aveva quattro anni). Forti pressioni per questa impresa vennero principalmente dalle banche alla testa delle quali era il Banco di Roma che aveva investito notevoli capitali proprio in Libia, contando sulla sua trasformazione in colonia. Ma a favore della spedizione troviamo anche i socialisti, i sindacalisti rivoluzionari, nonché i cattolici. La decisione della guerra contro la Turchia, che allora dominava la Libia fu presa dal Presidente del Consiglio Giovanni Giolitti, nel novembre 1911 ed il 25 di quel mese il dado fu tratto, e fu guerra. Violente dimostrazioni contro quell’impresa si svolsero principalmente in Romagna, guidate, indovinate da chi? Dall’allora non ancora male assoluto. Però, evviva la democrazia, la dichiarazione di guerra, come consentiva l’art. 5 dello Statuto, fu inviata senza l’approvazione del Parlamento (cose fasciste, vero? Anzi fascistissime), il quale, in vacanza dal luglio, riaprirà solo il 22 febbraio 1912.

Il contingente italiano, dopo aspri combattimenti, occupa i principali centri costieri della Tripolitania e della Cirenaica; ma non va oltre. L’interno libico rimarrà, per almeno due decenni, in mano di bande locali, spesso in lotta fra loro.

Ma, c’è sempre un ma, anche se non ancora in Camicia nera: un attacco turco a Sciara Sciat provoca quasi 400 morti fra i bersaglieri italiani. Seguirà da parte italiana una feroce rappresaglia (fascista? Ma che pensate! Mancano ancora una dozzina di anni prima che il male assoluto prenda il potere) che colpirà anche la popolazione civile dell’oasi. Il comportamento italiano susciterà indignazione nella stampa internazionale e provocherà un’intensificazione della guerriglia araba di resistenza. E’ OVVIO che i vermetti-furbetti, giocando sul monopolio dell’informazione e sull’ignoranza del popolo, HANNO FATTO CREDERE CHE QUELLA RAPPRESAGLIA FOSSE DI CHIARA MARCA FASCISTA. E non è da dimenticare che dopo la Prima Guerra Mondiale la riappropriazione della Libia fu avviata con mano di ferro da un Ministro liberale che si chiamava Giovanni Amendola.

La visita del dittatorello libico, colonnello Gheddafi che ci ha onorato in questi giorni di giugno 2009, nel corso della quale ha preteso, e ottenuto le scuse da parte delle autorità italiane per le atrocità commesse dall’Italia fascista (il fascismo, come abbiamo visto, nel caso di Sciara Sciat, era ancora solo nella mente di Allah), ed i vermetti-furbetti si sono genuflessi anche dinanzi al sanguinario beduino.

Chi scrive queste note non è un fanatico, quindi riconosce che nel caso specifico le scuse erano giustificate, ma (ecco un altro ma) quali scuse ha portato Gheddafi per le atrocità commesse da parte dei suoi concittadini a danno degli italiani? Circa le atrocità di cui furono vittime i soldati italiani caduti nelle mani dei turchi-libici durante la conquista di Tripoli, sono così riportate dal Journal: <Ho veduto in una sola moschea diciassette italiani crocifissi. Sono stati inchiodati al muro e morirono a fuoco lento… A un ufficiale furono cuciti gli occhi. I cadaveri erano mutilati in modo indicibile… Nel cimitero di Chari vedemmo cinque soldati sepolti sino alle spalle; le teste emergevano dalla sabbia, nera del loro sangue> E il giornalista del Matin: <Nel villaggio di Henni e nel cimitero arabo era stato operato un vero macello… Si sono loro tagliati i piedi, strappate le mani: vi sono stati crocifissi. Un bersagliere ha la bocca squarciata fino alle orecchie>. E chi porge le scuse per queste atrocità? I vermetti-furbetti non dispongono degli attributi necessari per un giusto atto d’orgoglio.

Il mai sufficientemente rimpianto Franz Maria D’Azaro, già il 10 novembre 1987 scriveva: <Ogni volta che i periodici lampi di follia accendono di furore anti-italiano i neuroni del col. Gheddafi, con le ridicole pretese di risarcimenti (…)>. Quello che una volta erano ridicole pretese, oggi, 2009, il col. Gheddafi torna a casa con un assegno che gli italiani dovranno onorare. Questa è la politica dell’italietta nata dalla Resistenza, priva di un anche minimo motivo di orgoglio.

E veniamo alle imprese di Omar al Muktar. Il film che esaltava le imprese del ribelle libico, Il Leone del deserto, costato circa cinquanta miliardi di lire nel 1980, ebbi occasione di vederlo nei primi anni del ’90 in Australia, per quanto ricordo, non fu particolarmente acido nei confronti degli italiani. Il film non è stato mai proiettato in Italia.

Omar el Muktar era al servizio del monarca senussita, Re Idriss, detronizzato proprio da Gheddafi nel 1969.

Ora è necessario ricordare, checché ne possano dire i vermetti-furbetti, la pacificazione della Libia era una delle tante eredità negative lasciate al fascismo dai governi precedenti. Come ricorda Franz Maria D’Azaro, quando Rodolfo Graziani, inviato in Libia dal Governo per tentare la pacificazione, trovandosi di fronte a Muktar, questi chiese al futuro Maresciallo d’Italia: <Perché siete venuti?> questi rispose: <Non siamo venuti, siamo tornati> accompagnando la risposta mostrando una moneta romana di Leptis Magna, così denominata la Roma d’Africa da Diocleziano. Interessante è anche quanto ricordato, sempre da Franza Maria D’Azaro, riportando un giudizio di Oliver Reed che interpretava nel film la parte di Graziani, il quale nutriva una profonda stima verso il ribelle libico, <Per questo> ricorda Reed <Graziani ha scritto nelle sue memorie che una delle cose più tristi della sua vita è stata quella di vedersi costretto dalle circostanze ad ordinare l’impiccagione di Omar el Muktar>. In altra occasione Graziani disse a Muktar: <L’Italia ha diritto di stare qui, come gli inglesi stanno in Egitto, i francesi in Tunisia ed in Algeria, gli spagnoli in Marocco>. In merito a ciò, commenta Reed: <Nessuno ha in effetti dei diritti su un altro Paese, ma la carta geografica del mondo è piena di invasioni da parte degli arabi dei mori in Spagna e in Sicilia, degli spagnoli nei Carabi, degli inglesi in ogni parte del globo. Siamo tutti nello stesso brodo. La storia ha punteggiato la carta del mondo di molte bandiere; e le atrocità delle guerre, da parte di tutti, non conosce limiti>.

Omar el Muktar nasce in un villaggio della Marmarica orientale intorno al 1862, in un ambiente fortemente influenzato dalle regole del Corano. Omar el Muktar si fa notare sia per la sua attitudine negli studi coranici, sia per il suo temperamento volitivo, ma anche per la sua volontà nel combattere prima i turchi, poi gli invasori italiani. A 40 anni è nominato capo della Zawia (convento e centro d’azione) e tornato nella natia Marmarica ha la spiacevole sorpresa di vedere le tribù sottomesse al governo italiano. Da allora in poi, sempre nel nome di Dio Altissimo e Misecordioso, punisce con spietata durezza chiunque accetti di collaborare con le autorità italiane.

A causa della guerra 1915-1918 il territorio, specialmente quello interno, vide le truppe italiane ridursi notevolmente per essere trasferite in altri fronti, così che bande sempre più numerose poterono spadroneggiare nel territorio imponendo decime alle popolazioni, accanendosi, in particolare contro coloro che mostrano una qualsiasi simpatia verso l’Italia. Omar el Muktar ha una parte preminente in queste azioni intimidatrici e punitive, precedute e seguite sempre da atti di inaudita ferocia. Fare un elenco del terrore seminato dal Leone del deserto e da altre bande simili è semplicemente impossibile (1). L’attività di Omar el Muktar assume connotati di assoluta preminenza nel biennio 1929-1931, di conseguenza il Governo italiano ritenne indispensabile pacificare tutta la Libia. Badoglio e Graziani, incaricati allo scopo, reputarono necessario sottrarre il territorio all’influenza dei capi locali. Graziani, sempre affascinato dal modello della romanità, si richiamò alla legge “parcere subiectis et debellare superbos” e la applicò sforzandosi a persuadere i nativi che se protetti dal tricolore italiano avrebbero ottenuto un avvenire tranquillo e di prosperità. Quindi giustizia e perdono per i sottomessi, severità implacabile per i ribelli.

Mohamed el Mohesci, giornalista filo-italiano, sostenne che la tensione alimentata da Omar el Muktar stava frenando il decollo economico e sociale della Cirenaica, nonostante <la profusione di milioni di lire italiane per la costruzione di porti, ferrovie, strade, acquedotti ed opere per la valorizzazione delle strutture agricole>.

Negli anni ’29, a seguito di una serie di contatti con alti ufficiali italiani, sembrava che un accordo sulla pacificazione fosse a portata di mano, ma a ottobre di quell’anno el Muktar ordinò l’attacco ad una pattuglia di zapié (carabinieri indigeni) comandati dal brigadiere Stefano Ramorino, accorsa per riparare la linea telefonica, appositamente sabotata in località Gars Benigden proprio per realizzare l’agguato. L’eccidio compromise qualsiasi ulteriore tentativo di accordi e ravvivò la guerriglia e la contro-guerriglia. Nei primi quattro mesi del 1931 il ritmo delle razzie e degli agguati assunsero proporzioni non più tollerabili. Fu in questo contesto che Graziani concepì e diresse la più grande e complessa operazione sahariana mai prima compiuta. Obiettivo finale della manovra: l’oasi di Kufra, nel più profondo sud desertico, conquistata, dai reparti cammellati, dopo una massacrante marcia nel deserto.

Contrariamente a quanto prevede il codice d’onore occidentale, un capo arabo ha il dovere di sottrarsi alla morte e alla cattura. Omar el Muktar, approfittando di questo diritto, non accettò la battaglia, ma ormai stanco, sfiduciato, vecchio e abbandonato dai suoi fidi, venne catturato, ai primi di settembre del 1931 nella zona di Uadi el Kuf, da una pattuglia di Sawari. Dopo la cattura, accusando di essere stato abbandonato al suo destino, stoicamente aggiunse: <Se mi avete preso è soltanto per volontà di Allah. Ora fate di me quel che volete>.

Graziani, d’accordo con Badoglio e con il Ministro delle Colonie De Bono, convocò il Tribunale militare speciale.

Trascriviamo le parti essenziali del dibattimento: “L’anno millenovecentotrentuno, il giorno quindici del mese di settembre, in Bengasi nell’ufficio d’Istruzione delle Carceri Regionali (…). Si entra nel vivo della causa. Il Presidente chiede: . Omar: (…). Pres. : . Omar: . Pres.: . Omar: (…). Pres. : . Omar: . Pres.: . Omar: (…). Dall’arringa del Pubblico Ministero proponiamo solo le parti più determinanti. Il P.M. rivolgendosi all’imputato lo accusa: <Tu hai dato l’ordine che a Gars Benigden venissero uccisi e seviziati i carabinieri di scorta ai lavori di riparazione alla linea telefonica mentre tra noi c’era la pace. Hai approfittato delle piccole guarnigioni per sorprenderle e ucciderle. Tu non sei un combattente ma un bandito che ha sempre vissuto alla macchia. Il vero combattente uccide l’avversario in guerra, ma non lo sevizia, mentre tu hai seviziato i nostri ufficiali e i nostri soldati. Hai ucciso i nostri feriti. Non uno di essi ha fatto ritorno (…). Hai dato ordine di uccidere i prigionieri (…). Tu hai effettuato rapine e razzie: di queste ancora dovrai dar conto>.

Al termine dell’udienza il Presidente chiese al giudicabile se ha altro da dire a sua discolpa, ed ottenuta risposta negativa, il Tribunale si ritirò in Camera di Consiglio. <Dopo mezz’ora rientra nell’aula ove tra un religioso silenzio il Presidente legge la sentenza con la quale, ritenuto Omar el Muktar responsabile dei reati ascritti, lo condanna alla pena di morte. Avendo l’interprete tradotta la sentenza al giudicabile, questi dice: <Da Dio siamo venuti, a Dio dobbiamo tornare>.

Il giorno dopo, alle 9 nell’assolata piana di Soluk, l’esecuzione venne consumata in un cupo silenzio. <L’evento è triste> ha scritto Franz Maria D’Azaro <ma chi ha giudicato Omar el Muktar ha la certezza di averlo condannato non per aver animato la ribellione, ma per aver ordinato, incoraggiato e lasciato compiere atrocità contro gli italiani e contro le stesse popolazioni indigene (…). Un fatto è certo, scomparso Muktar – cui fece seguito la coraggiosa liberazione in massa degli ex ribelli – non un solo colpo di fucile è stato più esploso contro gli italiani, razzie e saccheggi finirono d’incanto e i remoti territori del deserto tornarono alla serenità>.

Ed ora facciamo qualche dispettuccio ai vermetti-furbetti, ricordando qualche esempio di quanta cattiveria fu animata la colonizzazione Littoria.

Il Duce si recò in Libia dal 12 al 21 marzo 1937, per inaugurare ospedali, strade, edifici pubblici, fattorie. Anziché essere preso a fucilate fu accolto dai nativi con un entusiasmo incontenibile, tanto che gli fu donata la Spada dell’Islam, intarsiata in oro massiccio e pietre preziose, alto simbolo di riconoscenza. Nel corso delle sua visita nelle varie località libiche l’entusiasmo dei coloni italiani e della popolazione locale era veramente esaltante. Descrivere in queste poche pagine le opere compiute dal lavoro fascista, a dispetto del dittatorello libico, risulta impossibile, ma solo per motivi di spazio.

Un’altra iniziativa del male assoluto, accuratamente taciuta dai vermetti-furbetti, iniziativa unica del genere per i Paesi colonizzatori, fu il provvedimento con il quale grazie al R.D. Legge 3 dicembre 1934 XIII, N° 2012 e del R.D. 8 aprile 1937 XV N° 431, dove nell’articolo 4 è riconosciuta . Per essere più chiari, l’infame Regime riconosceva i cittadini libici come cittadini italiani; chiamati, allora, italiani della quarta sponda.

Spaziando ancora con qualche esempio, possiamo ricordare quanto scrisse il capo senussita Mohammed Redà: <Questo governo (italiano, ndr) è stato mandato da Dio altissimo per la rinascita di questo paese, per la sua felicità e per la felicità dei suoi figli>.

E ancora. Un autorevole insegnante libico, il prof. Mohammed ben Messuad Fusceka, in un suo libro, con il titolo La storia della Libia, edito nel 1956, fra l’altro ha scritto: <Il governo fascista, presieduto dal suo Capo Benito Mussolini, aveva intanto preso i poteri. I suoi uomini provvidero a far prosperare la Libia. Onde mettere in esecuzione le direttive del governo, gli italiani nominarono nel 1934 il Maresciallo Italo Balbo Governatore generale della Libia. In tale periodo la Libia raggiunse il più alto tenore di vita della sua storia>.

E oggi (ma quanta tristezza), cosa possono snudare e alzare verso il cielo i vari vermetti-furbetti, i vari arlecchini e pulcinella, i quali non hanno niente di meglio che indagare quanti rapporti sessuali ha uno rispetto all’altro? Li vediamo genuflessi di fronte ad un Gheddafi autore di una delle più vergognose rapine che la storia ricordi, durante le quali parlò di cancro italiano. Quando cacciò, negli anni ’70 gli italiani dalla Libia, appropriandosi da perfetto razziatore di quattromila ettari di terreni, di 714 mila olivi, 245 mila piante di agrumi, 184 mila piante di mandorlo, un milione di tralci di uva, 4 mila ville, 765 appartamenti, 468 edifici, 727 tra veicoli industriali e trattori agricoli, 265 officine, 50 industrie, nazionalizzate le banche (un affare da quattordici miliardi in un colpo solo), un numero imprecisato di oggetti di valore confiscati nelle case degli italiani. Una sola soddisfazione, se questa fosse sufficiente: <Semplicemente che i figli della rivoluzione non erano stati in grado di sostituire i nostri connazionali cacciati: le officine e le fabbriche avevano dovuto chiudere quasi subito, i raccolti delle fattorie erano andati in malora, i villaggi dei coloni in rovina, la sabbia del deserto aveva ricominciato ad avanzare su quegli che erano stati floridi agrumeti e vigneti> (Franz Maria D’Azaro). Ed i vari Arlecchino e Pulcinella per ricambiare e riparare la rapina da noi subita, hanno regalato al rapinatore un risarcimento (lo vogliamo chiamare così?).

Ed io non dovrei essere un nostalgico?

1) Per coloro che volessero approfondire l’argomento, si consiglia la lettura di un articolo a firma di Franz Maria D’Azaro, contenuto ne Il Secolo d’Italia del 10 e 13 novembre 1987.


20/06/09

E va bene, parliamo dell’Iran

di Aldo Vincent

Mi stupisce ancora oggi la superficialità con cui si trattano le questioni di questo Paese.

Del Terzo Mondo.

Allora cominciamo a parlare del Primo.

Immaginatevi il raccordo anulare di Roma a sei corsie, tre in una direzione e tre nell’altra. Immaginatevi che ad ogni semaforo ci sia un vigile e ad ogni svincolo un Mercedes con due poliziotti stradali. Immaginate che ad ogni svincolo parta una strada a due corsie per ogni direzione per andare in centro attraversando parchi e giardini fioriti. Immaginate che dalla montagna sia stata dirottata l’acqua che costeggia le strade e le tiene pulite. Immaginate che ogni venerdì, i semafori i guardarail e i passaggi pedonali vengano lavati col sapone. Immaginate che se avete caldo potete andare a nord della città e pranzare in uno degli innumerevoli ristoranti costruiti sotto le cascate, al fresco.

Questa è Teheran.

Adesso immaginate di entrare nel caldo opprimente del mezzogiorno, in un autobus o in un taxi collettivo e immaginate che TUTTE le persone profumino di essenze alle rose o alle violette.

Immaginate le donne che lasciano uscire i capelli dai loro fuolards colorati, civettuole e bellissime. Donne che occupano senza differenze luoghi pubblici, uffici privati, sportelli bancari. Donne che rientrate in casa illuminano con la loro allegria la vita familiare.

Questi sono gli abitanti, nobili e fieri.

Sì, ho visto anch’io intere facciate di palazzi con la faccia dell’Imam o dei martiri della guerra. Poi sono tornato in Italia e in via Broletto a Milano c’era un palazzo in restauro e per coprire i tubi Innocenti c’era un pannello alto sei piani con la faccia di Armani. Perché Armani sì e Khomeini invece no?

Chissà.

Di notte quando passavo davanti al grande parco per andare in centro, c’era un’enorme aiuola che si illuminava con la scritta “Allah Akhbar” rossa.

La guardavo esterrefatto perché sembrava la scritta della cocacola al contrario.

Chissà perché un popolo che scrive che Dio è grande è assoggettato ad una teocrazia opprimente, mentre noi che inneggiamo al marchio di una multinazionale saremmo più liberi…

Mah.

www.giornalismi.info/aldovincent 


La breve polemica tra Giovanni Papini e Julius Evola

di Fabrizio Legger

Giovanni Papini (1881-1956) e Julius Evola (1898-1974) si conobbero durante la breve esperienza papiniana di adesione al Futurismo, il movimento artistico creato nel 1909 dal vulcanico Filippo Tommaso Marinetti.
Il futuro scrittore cattolico, già reduce dalle esperienze di importanti riviste come il Leonardo e Lacerba, dopo avere esplorato tutte le dottrine e tutti i sistemi filosofici, era rimasto assai affascinato dal vitalismo antipassatista di Marinetti.
Negli anni in cui fu vicino ai futuristi, Papini incontrò il giovane Evola: fu l’incontro tra due studiosi di filosofia, tra un letterato ed un pittore, tra un umanista e un dadaista, insomma, tra due spiriti estremamente eclettici.
Papini, in quegli anni, era passato dalla filosofia classica tedesca a quella dell’esistenzialismo, e aveva scritto un’importante opera dal titolo Il crepuscolo dei filosofi. Evola, invece, si era immerso nello studio delle filosofie orientali, soprattutto buddiste, induiste e cinesi, con una particolare attenzione per gli aspetti esoterici, magici e mitologici.
Quindi, il comune amore per la filosofia fu il principale terreno del loro incontro, ma occorre rilevare che, per breve tempo, ebbero convergenze anche su tematiche artistiche: Evola, come ben si sa, era pittore ed era considerato il maggiore rappresentante italiano del Dadaismo, mentre Papini, sin dai primissimi anni della sua attività letteraria, da buon fiorentino, aveva sempre nutrito un forte interesse per le arti figurative.
Quando Papini, terminata la brevissima parentesi delle sue simpatie futuriste, nel 1919 abbracciò la fede cattolica (al termine di un lungo, sofferto e tormentato calvario di ricerca spirituale) e divenne uno scrittore cristiano a tutti gli effetti, Evola, che in quegli anni immediatamente successivi alla fine della Grande Guerra era ferocemente anticattolico e molto paganeggiante, non poté che condannare con astio, coerentemente alle idee che professava, la scelta papiniana.
E quando lo scrittore fiorentino, nel 1921, fece pubblicare la celebre Storia di Cristo, Evola, inizialmente, si rifiutò di leggere il libro, manifestando un aspro disgusto per quello che, a suo dire, era stato uno spreco di attività cerebrale e di carta stampata.
In effetti, dopo quel breve avvicinamento dovuto al comune interesse per il Futurismo, entrambi avevano intrapreso strade diversissime, così come diverse e inconciliabili erano le loro esperienze culturali, le loro concezioni ideali, i loro temperamenti e i loro interessi spirituali e religiosi.
Verso la metà degli Anni Venti, Evola scrisse i saggi poi raccolti in Imperialismo Pagano, che vennero pubblicati in volume nel 1927, cioè, sei anni dopo l’uscita della Storia di Cristo, libro che, nel frattempo, aveva ottenuto uno strepitoso successo editoriale, vendendo decine di migliaia di copie e facendo di Papini uno scrittore noto a livello internazionale.
Papini, vorace e onnivoro lettore ma polemista incallito, stroncatore furibondo e vero e proprio “guerrigliero intellettuale”, lesse il libro di Evola e ne restò non solo disgustato, ma, addirittura, inorridito. Dopo la sua conversione al cattolicesimo, i suoi interessi erano divenuti quelli di un vero e proprio scrittore cristiano: studio e meditazione della Bibbia e dei Vangeli, letture edificanti di vite di santi e di opere polemiche, dottrinali ed esegetiche dei Padri della Chiesa.
Risulta dunque ovvio che, un libro come quello di Evola, così ferocemente anticristiano e così esaltatore nei confronti della religione pagana e della Tradizione gentile dell’antico mondo romano, non poteva che suscitare il risentimento di Papini.
In uno dei suoi taccuini, lo scrittore fiorentino bollò l’ex-amico filosofo come un “lurido pagano”, mentre Evola pare che abbia commentato, all’uscita della Storia di Cristo (che si era categoricamente rifiutato di leggere), che era opera di un “papista disgustoso” che, purtroppo, aveva avuto la sventura di conoscere.
Tuttavia, successivamente, Evola lesse la Storia di Cristo, come afferma nel breve saggio intitolato Papini, pubblicato nel suo volume miscellaneo intitolato Ricognizioni. Uomini e problemi, dove a proposito del capolavoro papiniano, così sentenzia:
“Solo assai tardi leggemmo, in un ospedale, la Vita di Cristo. Ebbene, rimanemmo sbalorditi del fatto che un libro del genere avesse potuto essere un “successo” e, ancor più, che la Chiesa avesse potuto tanto valorizzarlo e raccomandarlo. Esso ci sembra costituire la prova più evidente che nessuna vera, profonda crisi spirituale sia stata alla base della “conversione” di Papini, che al massimo in essa può aver agito una rinuncia interiore, il bisogno di pacificarsi e di rendersi le cose più facili traendo da un corpo fisso di credenze quelle certezze che non aveva saputo trovare dopo la fase iconoclasta. Perché in questo libro nulla vi è di trasfigurante e di trasfigurato, non si avverte il minimo mutamento di sostanza umana, uguale è lo stile, nulla vien colto o dato come dimensione più profonda del cattolicesimo e dei suoi miti: è una banale apologetica in base ai dati più esteriori, catechistici e sentimentali del cristianesimo”.
Così, nel 1927, le strade dei due grandi intellettuali italiani si divisero per sempre, in un clima di fredda avversione e di fastidio reciproco, e non si incrociarono più.
Giovanni Papini morì cieco e semi-paralizzato nel luglio del 1956, Evola morì paralitico (fu vittima di un bombardamento, nel 1945, durante l’occupazione di Vienna da parte delle armate sovietiche) nel giugno del 1974.
Dalla fine degli Anni Venti non si erano più incontrati, né frequentati: eppure entrambi, pur operando su fronti culturali diametralmente opposti, furono due tra i maggiori scrittori italiani del Novecento.

(Fonte:www.ariannaeditrice.it)

Biografia di Fabrizio Legger

Fabrizio Legger, in arte Postremo Vate (Ultimo Poeta), è nato a Pinerolo (TO) il 06/04/1964.

Laureato in Lettere moderne è redattore delle pagine di cultura ed esteri del settimanale pinerolese il Monviso, è stato articolista per il settimanale leccese Voce del Sud nonché direttore della rivista politica Comunitarismo di Roma. Attualmente collabora con il quotidiano di liberazione nazionale Rinascita di Roma. E’ membro del Gruppo Letterario Arci di Pinerolo, coordinatore del Gruppo Letterario "Postremo Vate", socio dell’Accademia Culturale “Stesicoro d’Imera” di Palermo e dell’Accademia Nazionale di Lettere, Arti e Scienze “Ruggero II di Sicilia” di Palermo. Appassionato di arte e di disegno, mail artista e realizzatore di opere grafiche di Mail Art, è creatore di disegni fantastici ed ha esposto le sue opere in due mostre personali e in diverse collettive di pittura a livello locale. Ha partecipato a numerosi concorsi di Mail Art esponendo le sue opere in molte città italiane ed estere.

Ha al suo attivo numerose pubblicazioni in versi e in prosa:

“Diario di un poeta”, Filiberto Fioretti Editore, Latina, 1992;

“Poesie Cristiane”, Tipografia AGV, Torino, 1995;

“Le Valli Incantate”, Alzani Editore, Pinerolo, 1997;

“Le Terre Fantastiche”, Alzani Editore, Pinerolo, 1998;

“Canti della mia anima e della mia terra”, Alzani Editore, Pinerolo, 1999;

“Echi di guerre lontane”, Noctua Editrice, Torino, 2000.

“Le guerre incredibili”, Noctua Editrice, Molfetta, 2004.

“La Libertà tradita. Satire e Misogallo nell’ultimo Alfieri”, Noctua Editrice, Molfetta, 2004.

“Il volo della chimera”, Edizioni Nuovi Poeti, Vaprio d’Adda (Mi), 2005.

“Future Apocalissi”, Elena Morea Editore, Torino, 2005.

19/06/09

Dalle terre del Nord

Dalle Terre del Nord, basato su viaggi compiuti dall’autore intorno al circolo polare artico e ispirato dalla scoperta del passaggio di Nord-Ovest dell’esploratore norvegese Roald Amundsen, conduce il lettore attraverso le aree geografiche che coprono quel vasto territorio che va dall’Islanda all’Alaska attraverso la Groenlandia e il Canada artico di Nunavut, ma anche sulle Alpi che per anni sono state per l’autore una vera palestra di apprezzamento del sublime e di come viene percepito nel paesaggio montano. Un’ultima parte infine è dedicata all’approfondimento della cultura Inuit, del suo sistema di credenze e della sua mitologia, all’aspetto cioè antropologico e umano fondamentale per entrare veramente dentro all’anima del mondo artico: il luogo forse più antico da cui la vita si è irradiata come una luce immensa sull’intera crosta terrestre.

Massimo Maggiari, Dalle terre del Nord alla ricerca dell’anima artica, Cda & Vivalda Editori, 2008, pag. 132, Euro 13,00.

17/06/09

Il "Bau Bau" del complottismo

Segnaliamo all'attenzione dei nostri lettori il blog di Carlo Gambescia http://carlogambesciametapolitics.blogspot.com/ che offre “giorno dopo giorno, qualche elemento di riflessione "metapolitica", cercando di ricondurre il "particolare" (quel che accade) all'"universale" (le costanti sociali)”. Il testo che segue è stato postato il 15 giugno scorso e lo riteniamo un contributo utile al dibattito, purtroppo spesso acritico e acefalo, sulle “teorie del complotto”. Si ringrazia sentitamente l'autore per averci concesso di espungerlo dal suo contesto.

"In primo luogo, l’idea cospirativa, in quanto compiuta o totale (nel senso che la sua vaghezza la rende inconfutabile) colpisce l’immaginazione collettiva perché indica il nemico ( l’opposizione, i comunisti, i fascisti, i massoni, eccetera). E’ un esempio classico di idea-forza. Che accresce la coesione intorno alla persona (o al gruppo sociale) vittima del presunto complotto. E per contro rafforza pure la compattezza di coloro che ne siano eventualmente ritenuti autori. La teoria cospirativa è conflittuale per eccellenza: unisce e divide a un tempo.
In secondo luogo, l’idea di complotto, ha una funzione, in qualche modo, socialmente esplicativa: rende chiaro quel che a prima vista appare incomprensibile e rassicura, "attribuendo" le eventuali colpe. Basti ricordare che le interpretazioni complottistiche della rivoluzione francese, furono dovute al fatto che molti monarchici continuarono per anni a ritenere inaudito il crollo improvviso di un antico regno europeo: non credevano ai loro occhi. Cosicché l’attribuzione della caduta alle trame massoniche svolse una funzione esplicativa e, tutto sommato, di rassicurazione emotiva e politica nei riguardi del mondo aristocratico. Che poteva auto-assolversi e così puntare sul suo riscatto sociale e storico.
Il complottismo, in certo qual modo, è una scorciatoia emotiva. Semplificando: è il "Bau Bau", entità senza una definizione ed un contorno immaginabili, che serve a tenere buono un "popolo bambino".

Sul piano personale non escludiamo che gruppi di persone possano "complottare", eccetera... Ma ci limitiamo a constatare empiricamente la presenza, fra gli uomini, del cosiddetto istinto delle combinazioni (per dirla con il vecchio Pareto), che implica, nel caso, due tipi di azioni sociali : “fare complotti” e “scorgere complotti”. Sulla predominanza dell'una o dell'altra azione sociale decide la “concezione del mondo” degli attori sociali e degli osservatori. E quindi il modo di concepire il senso delle azioni umane.

Da buoni lettori di Guerra e Pace, crediamo che in ultima istanza, come capitava ai generali di Tolstoj, sia facile organizzare una strategia, ma difficile condurla a termine. Perché una battaglia si svolge spesso in modo casuale. Il che non significa che non si possa vincerla. E lo stesso vale – crediamo – per i complotti: l'uomo propone, il caso dispone..".

Carlo Gambescia



14/06/09

Metapolitica recensita da Simmetria

di Claudio Lanzi

Come al solito ci piace segnalare le iniziative editoriali non “di massa”, quelle di confine, di nicchia, riservate a chi ha voglia di leggere senza prevenzioni. Metapolitica è una rivista con una chiara impostazione cattolica ma… scomodamente cattolica. Scomoda perché, indipendentemente dalla condivisibilità dei temi affrontati, ha una chiave di lettura del mondo di tipo cavalleresco: e ovviamente ci piace per questo.

Il nuovo numero della rivista di Silvano Panunzio (il n. 1-2/2009, per esattezza) vede numerosi articoli interessanti, a partire da quello di Panunzio stesso, dal titolo “Dai miliardi di anni dei cicli cosmici all’eterno presente”. Tale articolo presenta in una maniera assai semplice ed efficace un parallelo fra le teogonie orientali e occidentali, confrontando la durata dei cicli cosmici e inserendo il pensiero di Origene quale mediatore fra la dottrina orientale dei Kalpa e quelle del tempo”eterno” del cristianesimo spesso, a torto, definito lineare. Panunzio evoca giustamente la “timidezza” di molti moderni teologi nei confronti del “tempo ciclico” e mostra come la figura del Cristo, al centro della concezione del tempo circolare, ne “fissi” l’eternità senza entrare in contraddizione con la sua funzione storica.

Un interessantissimo intervento di Aldo La Fata ripropone una serie di letture dove il testo di Panunzio “La Roma Eterna e la Nuova Gerusalemme” viene confrontato con altre letture nelle quali il mito appare quale invenzione, quale favola improbabile.

Tra i tanti testi proposti, La Fata richiama quelli dell’onnipresente Corrado Augias e mette in evidenza (era ora!) l’assoluta “pochezza” e faziosità, mascherata da obiettività “scientifica”, con cui tale personaggio, affiancato da moltissimi altri della nostrana “intellighenzia” intruppati nel carrozzone anticattolico, si scatena contro la “plausibilità” del mito cristiano.

Segnaliamo inoltre un articolo del sottoscritto sulle “Laudi Mariane” e una efficace analisi degli Stromata di Clemente d’Alessandria da parte di Francesco Celia

Nella sezione “Echi e Commenti” vengono poi riportate alcune importanti informazioni riguardo le origini stesse del gruppo “ATMA”; una interessante analisi sullo stato dei tempi (Guerra Urbana e Guerra Occulta), e sulla perenne conflittualità, orchestrata sottilmente da poteri ben più efficaci di quelli umani.

Da leggere.

(Fonte: http://www.simmetria.org)


12/06/09

Pio XII, operazione verità

Che ci sia stata cattiva co­scienza storica su Pio XII, più va avanti il dibattito più ap­pare evidente; proprio per questo In difesa di Pio XII, l’agile saggio cura­to da Giovanni Maria Vian sposta la questione: per lo storico è impor­tante adesso spiegare non tanto e non più l’infondatezza del giudizio riservato a questo Pontefice, quanto perché sia nata la leggenda nera che vuole Papa Pacelli nientemeno che il «Papa di Hitler».
Il libro, edito da Marsilio, è stato presentato a Roma alla presenza degli autori che hanno offerto il loro contributo e del Segretario di Stato Vati­cano, il cardinale Tarcisio Bertone, per il quale è in­giusto « per una cattiva co­scienza storica ridurre un Papa della statura di Pio XII, per gli atti che ha compiuto e per la visione complessiva che aveva della Chiesa, in un angolo così ristretto per i suoi presunti silenzi».
Per Giovanni Maria Vian, storico e direttore dell’Os­servatore Romano, il rovesciamento d’immagine di Papa Pacelli si spiega in due modi: per la sua scelta anti­comunista e per la contrapposizio­ne che si crea con il suo successore, Giovanni XXIII, che non fu il Papa di transizione che tutti avevano credu­to. «La questione del silenzio del Pa­pa – afferma Vian – è diventata pre­ponderante, spesso tramutandosi in polemica accanita. Così l’intermi­nabile guerra sul suo silenzio ha fi­nito per oscurare l’obiettiva rilevanza di un pontificato importante, an­zi decisivo nel passaggio dall’ultima tragedia bellica mondiale a un’epo­ca nuova».
La cattiva coscienza ha perfino (fat­to insolito trattandosi di un elemen­to così complesso) una data di na­scita che corrisponde con la messa in scena di quell’indigesto dramma di Rolf Hochhuth, Der Stellvertre­ter («Il Vicario»), che, dopo Berlino, fu messo in scena in mezza Europa. Ne­gli anni Sessanta, però, nasce anche un moda culturale che – dice Ro­berto Pertici – «tra mille virgolette può chiamarsi progressista.
La po­sta in gioco non era Pio XII – spiega – ma il ruolo della Chiesa nella sto­ria contemporanea, per cui gli equi­voci creati dalla cattiva coscienza ser­vivano a mettere in una lista tutto quanto avrebbe favorito il progresso e in un’altra, invece, quello e quelli che l’avrebbero ostacolato». Il gioco è fatto, e i sussurri diventano grida. «Nessuno nota – continua Pertici – che Stalin una sola volta cita gli ebrei e lo sterminio, ma del resto la sto­riografia occidentale del dopoguer­ra aveva già preferito dedicarsi ai si­lenzi del Papa e agli atteggiamenti acquiescenti delle democrazie occi­dentali ».
Paolo Mieli (coautore con Saul Israel, Andrea Riccardi, Rino Fisichella, Gianfranco Ravasi e Tarcisio Bertone del libro che registra anche giudizi di Benedetto XVI) riprende questo tema nel suo breve saggio: «Prende­re per buone le accuse a Pacelli – di­ce – equivale a trascinare sul banco dei presunti rei, con gli stessi capi di imputazione, Roosevelt e Churchill, accusandoli di non aver pronuncia­to parole più chiare nei confronti del­le persecuzioni antisemite». Mieli vanta sangue ebraico nelle sue vene e si dice colpito direttamente dalla Shoah per i familiari che ha per­so nella persecuzione e nello ster­minio nazista, ma aggiunge con for­te convincimento: «Io non ci sto a mettere i miei morti sul conto di u­na persona che non ne ha responsa­bilità ».
Lo storico, superata l’emo­zione, aggiunge: «La Chiesa mise a disposizione degli israeliti tutta se stessa: quasi ogni basilica, ogni chie­sa, ogni seminario, ogni convento o­spitò e aiuto gli ebrei. Tant’è che a Roma, a fronte dei duemila ebrei de­portati, diecimila loro correligionari riuscirono a salvarsi». Come appunto Saul Israel, nato a Sa­lonicco, biologo, medico e scrittore che ottenne la cittadinanza italiana nel 1919 e della quale fu poi privato con le leggi razziali. Israel è morto nel 1981; suo figlio Giorgio ha offer­to nel libro un suo inedito: è una let­tera scritta nel 1941 quando, con al­tri ebrei, aveva trovato rifugio nel convento di Sant’Antonio di via Me­rulana. E così si salvò la vita. È una pagina struggente. «Non fu qualche convento o il gesto di pietà di pochi – dice Giorgio Israel – e nessuno può pensare che tutta questa so­lidarietà che offrirono le chiese e i conventi avvenis­se all’insaputa del Papa o ad­dirittura senza il suo con­senso. Quella su Pio XII resta la leggenda più assurda che si sia fatta circolare».
Come suo padre, tanti si salvarono proprio per la scelta di Pio XII che – spiega Tarcisio Ber­tone – «scelse quell’atteggia­mento non per paura né per connivenza, ma per un cal­colo preciso, finalizzato a salvare la vita del numero maggiore possibile di ebrei». Bertone ha invitato gli sto­rici a studiare tutti i documenti vati­cani di quando Eugenio Pacelli fu Se­gretario di Stato con Pio XI. Aiute­rebbero – in attesa di rendere pub­blici anche quelli che vanno dal 1939 al 1945 – a capire come e perché può nascere una cattiva coscienza stori­ca. E bene farebbero ad aprire i loro archivi anche tutti gli altri che li pos­seggono.

(Fonte: Avvenire, 11/06/2009)



07/06/09

All'IsIAO "Percorsi di liberazione nelle religioni asiatiche"

Istituto Italiano per l’Africa e l’Oriente
Ciclo di conferenze sulle religioni asiatiche

Martedì 9 giugno ore 17. 30
Zoroastro e il dualismo etico
Beniamino Melasecchi, Scuola di lingue e culture, IsIAO

Martedì 16 giugno ore 17. 30
Liberarsi attraverso l’«estinzione»: l’esperienza mistica nell’Islam
Angelo Iacovella, Libera Università San Pio V di Roma e IsIAO

Martedì 30 giugno ore 17. 30
La via della devozione (bhakti) nella tradizione monoteistica indiana
Jacopo Nuti, Centro Studi Bhaktivedanta

Martedì 7 luglio ore 17. 30
Il tempo dell’attesa: dottrine millenaristiche in Cina
Francesco D’Arelli, IsIAO e Università Ca’ Foscari di Venezia


Il Ciclo di Incontri intende ricordare il sessantesimo anno dalla pubblicazione del volume di Giuseppe Tucci Teoria e pratica del Mandala (Milano, Fratelli Bocca, 1949), un’opera fondamentale sulle vie di liberazione nella civiltà religiosa dell’India.


Sala Conferenze dell’IsIAO
via Ulisse Aldrovandi, 16/a - 00197 Roma
tel. 06.32855234 - pisa@isiao.it - www.isiao.it

Edith Stein: l'Angelo di Husserl

Un angelo, una presenza vicina e invisibile, annunciatrice di un mondo forse non solo pensabile, ma anche possibile. Così Edmund Husserl deve avere più volte immaginato la sua ex allieva Edith Stein, la filosofa ebrea che, dopo la conversione al cattolicesimo e l’abbandono della carriera accademica, entrò nel chiostro delle carmelitane, alimentando nel vecchio maestro l’interesse per una scelta di vita così radicale.
Vita e pensiero costituiscono, in effetti, in Edith Stein un binomio inestricabile. Non poteva essere altrimenti per una filosofa che aveva deciso di sperimentare la Croce ancor prima di finire i suoi giorni ad Auschwitz. Ma in che cosa consiste la forza dell’opera di Edith Stein, interprete autentica di istanze spirituali tra le più estreme? Numerose furono le rotte della sua ricerca: gli studi sull’empatia, l’esigenza di conciliare il rigore scientifico della fenomenologia husserliana con la riscoperta di Tommaso d’Aquino, l’interesse per l’angelologia, la fiducia in una filosofia perenne capace di rinnovamento e la tematizzazione straordinariamente profetica del motivo della Croce, suggeritole dall’attenta lettura delle opere di san Juan de la Cruz.
Occuparsi di Edith Stein significa anche poter cogliere i tanti raccordi tra il suo pensiero e alcune delle maggiori personalità intellettuali del nostro tempo, come Max Scheler, Simone Weil, Gerda Walther e Maria Zambrano, fonti - dirette e ipotizzabili - di un percorso filosofico tra i più originali e ispirati di tutto il Novecento.

(L'Angelo di Husserl, Giuseppe Pulina, Ed. Zona, Civitella in Val di Chiana, pp. 126 – euro 14,00)

Giuseppe Pulina (Sassari, 1963) insegna filosofia in un liceo della Gallura e antropologia filosofica presso l’Istituto Euromediterraneo – ISSR di Tempio Pausania. Giornalista e studioso del pensiero mitteleuropeo, collabora con numerose testate. Ha all’attivo diverse monografie critiche, tra le quali L’imperfetto pessimista. Saggio sul pensiero di Michelstaedter (Lalli, 1996) e - in collaborazione con Marco Lodola, che ne ha illustrato i diversi capitoli - Minima Animalia. Piccolo bestiario filosofico (Mediando, 2005). Dirige la rivista “Mneme Ammentos”. Ha pubblicato di recente Animali e filosofi (Giunti, 2008).

04/06/09

Ricordati di vivere. Goethe e la tradizione degli esercizi spirituali

Come i Greci, Goethe era convinto della necessità di vivere nel presente, di cogliere la felicità nell'istante anziché perdersi nella nostalgia romantica del passato o nel vagheggiamento del futuro. Gran lettore di Goethe, Hadot analizza qui come il maestro tedesco si inserisca nella tradizione della filosofia greca. Una magnifica meditazione sull'epicureismo e sullo stoicismo antichi attraverso la poesia di Goethe che faceva dire a Faust: "Solo il presente è la nostra felicità".

(Cortina Raffaello Editore, euro 19,50)

Profilo bio-bliografico essenziale dell'Autore

Pierre Hadot (Parigi, 1922) è un filosofo e scrittore francese.
Direttore della École pratique des hautes études dal 1964 al 1986, è stato nominato professore al Collège de France nel 1982.
Il suo ambito di interesse è la filosofia antica, soprattutto quella greca ed il neoplatonismo. È stato uno dei primi ad aver introdotto il pensiero di Wittgenstein in Francia.
Una delle sue tesi principali è che la filosofia è nata, nell’antichità greca, come “stile di vita”, saggezza intesa come “saper vivere”, in una unità di teoria e prassi tipica dell’epoca nella quale appunto nasce. Il tema è trattato approfonditamente in una delle sue opere principali, “Che cos’è la filosofia antica?”, nella quale illustra quanto lontano fosse il pensiero greco dalla costruzione di sistemi ideali astratti ed avulsi dalla realtà. Questa sua tesi è stata ampiamente sviluppata dal filosofo ispano indiano Raimon Panikkar, il quale, pur senza citare Hadot esplicitamente, è in perfetta sintonia con la sua idea di filosofia come “stile di vita”.

Opere in italiano

  • La filosofia come modo di vivere. Conversazioni con Jeannie Carlier e Arnold I. Davidson, Einaudi, 2008

  • Il velo d’Iside. Storia dell’idea di natura, Einaudi, 2006.

  • Esercizi spirituali e filosofia antica, Einaudi, 2005.

  • Elogio di Socrate, il nuovo melangolo, 1999.

  • Plotino o la semplicità dello sguardo, Einaudi, 1999.

  • La cittadella interiore. Introduzione ai «Pensieri» di Marco Aurelio, Vita e pensiero, 1996.

  • Porfirio e Vittorino, Vita e pensiero.

  • Che cos’è la filosofia antica?, Einaudi.

02/06/09

Maghen David o "Scudo di Davide"


Santa Maria in Strada, Monza

Sulla “Stella di Davide” si sentono e si leggono tante fastidiose e fantasiose sciocchezze che hanno cominciato davvero a stancarci. Dagli antisemiti di professione, dagli occultisti della domenica o dai goderecci raeliani extraterrestrialisti. Per farne giustizia pubblichiamo qui di seguito una breve ma compendiosa mise au point sull'argomento della giornalista e saggista Maria De Falco Marotta, espunta dal sito “Informazioni oltre le consuetudini” (http://www.lideale.info/Default.aspx).

«Maghen David, storia d’un simbolo» è uno studio che Scholem aveva compiuto con un minuzioso esame sulle decorazioni di molti edifici asiatici dove al simbolo, conosciuto come il Sigillo di Re Salomone, venivano attribuiti poteri magici, di guarigione e di cacciata delle sventure. Testimonianze della Stella si trovano in edifici di tremila anni fa, a volte affiancate al simbolo indiano della svastica. Secondo Scholem, il sigillo entrò per la prima volta nella storia del misticismo ebraico durante il VI secolo d.C., su un talismano che lo racchiudeva fra due leoni, ma per molto tempo fu raffigurato ora a sei, ora a cinque punte. Lo Zoroastrismo e altre religioni lo rappresentavano, considerandolo utile anche per combattere malattie sconosciute. Fu solo nell’Ottocento, nel ghetto di Praga, che il simbolo cominciò a essere chiamato Maghen David e a diventare comune sulle copertine dei libri, nelle sinagoghe, sulle lapidi. Finché,nell’ anno 1897, il primo congresso sionista di Basilea non decise di farne una bandiera.

Oggi Maghen David è una stella che suscita polemiche non solo nel mondo arabo: non vi si riconoscono alcune frange d’ultraortodossi, per esempio, che non ne tollerano proprio i legami con la tradizione dell’occultismo. Ma non è accettata nemmeno da diversi haredi, religiosi estremi, che vi vedono il simbolo del sionismo e d’uno Stato che non considerano necessari, preferendo restare legati all’antico emblema della Menorah, il candelabro a sette bracci. I giornali e i blog sono bersagliati di messaggi, il dibattito è aperto: «Certo, si tratta d’un simbolo pagano. Tanto che una volta stava pure sulla bandiera del Marocco» (Russel, Tel Aviv); «l’ho visto anche in molte chiese cattoliche d’Europa» (ghostq); «e adesso preparatevi all’odio cieco e ai rifiuti» (Chaim); «l’autore evidentemente non ha fatto ricerche sufficienti: Maghen David compare fin dai tempi di Adamo ed Eva» (Bear, Zefat); «non sarà un simbolo ebraico, neanche la Menorah lo è, ma che cambia? È un simbolo della storia ebraica» (Zionist Forever)… Infatti chi scinde gli ebrei dalla loro bandiera dove troneggia la stella di Davide?

Forse è un po’ troppo, ma scriviamolo lo stesso:

Lo Scudo di David o anche sigillo di Salomone, è la stella a sei punte, comunemente chiamata Stella di David.
Insieme con la Menorah rappresenta la civiltà e la religiosità ebraica.
Diventata simbolo del sionismo fin dal primo congresso di Basilea (1898), è presente nella bandiera dello Stato di Israele (insieme alle fasce blu del Talled) a partire dal 1948, quando la bandiera sionista diviene quella ufficiale dello Stato di Israele.
La "stella a sei punte" è anche un simbolo molto diffuso nella cabala e nell'occultismo più in generale. La forma della stella è un esempio dell'esagramma, un simbolo significativo anche per altre religioni. L'esagramma è da datarsi anteriormente all'utilizzo degli ebrei. Fuori dal sistema giudaico viene utilizzato prevalentemente nell'occultismo.
L'esagramma è un antico simbolo Mandala trovato su antichi templi Indiani costruiti migliaia di anni fa. Simboleggiava il Nara-Narayana, o il perfetto stato meditativo dell'equilibrio tra l'Uomo e Dio, e, se mantenuto, avrebbe portato nel "Moksha," o "Nirvāṇa" (liberazione dai limiti del mondo terreno e le sue trappole materialistiche). Alcuni ricercatori hanno anche teorizzato che la Stella di David rappresenti la situazione astrale al momento della nascita di David o della sua incoronazione come re. La stella di Davide è altresì conosciuta come la Stella del re nei circoli astrologici e fu pure un simbolo astrologico nello Zoroastrismo.
In antichi papiri, i pentagrammi, insieme a stelle ed altri simboli, era spesso reperibile su amuleti con il nome ebraico di Dio, e veniva usato per proteggere dalla febbre e da altre malattie. Quindi, con tutta probabilità non fu il sincretismo delle influenze ellenistica, ebraica e copta a originare il simbolo. E possibile che sia stata la Kabbalah a far derivare il simbolo dai Templari. La "Pratica" della Kabbalah fa uso di questo simbolo ordinando le dieci Sephiroth, sul simbolo e mettendolo sugli amuleti. Comunque, il simbolo non si trova sui classici testi kabbalistici come lo Zohar, gli scritti del rabbino Isaac Luria e altri similari. Pertanto si può dire che questo utilizzo nel diagramma sefirotico non è nulla più di una reinterpretazione di simboli magici preesistenti.
Un'etimologia popolare sarebbe quella secondo cui la Stella di David venne letteralmente tratta dallo scudo del giovane guerriero Davide (che poi sarebbe diventato il re David). Per risparmiare metallo, lo scudo sarebbe stato fatto con un supporto metallico di due triangoli incrociati con una copertura in pelle. Leggende ebraiche fanno collegare il simbolo al Sigillo di Salomone, il magico anello con sigillo usato dal re Salomone per controllare i demoni e gli spiriti. Le leggende ebraiche collegano il simbolo anche ad uno scudo magico teoricamente posseduto dal re Davide che lo avrebbe protetto dai nemici.
Gli studiosi hanno proposto anche che possa essere una reliquia delle pratiche religiose dell'Antico Egitto, adottato dagli israeliti che avevano a che fare con l'occultismo e il sincretismo non prima del periodo del re Salomone. La prima citazione della letteratura ebraica dello Scudo di Davide è l'Eshkol ha-Kofer del Karaita Giuda Hadassi (metà del XII secolo EV) ed afferma nel capitolo 242: «Sette nomi di angeli precedono la mezuzah: Michele, Gabriele, ecc. ...
Tetragramma li protegge tutti! E anche il simbolo chiamato 'Scudo di David' è posto a lato del nome di ogni angelo.»
Era quindi anche questa volta un simbolo su di un amuleto. Un manoscritto del Tanakh datato 1307 e appartenuto al rabbino Giuseppe bar Yehuda ben Marvas di Toledo, in Spagna, venne decorato con una Stella di David. Nelle sinagoghe, forse, prese il posto della mezuzah, e il nome "stella di Davide" potrebbe essergli stato dato in virtù dei suoi presunti poteri protettivi. L'esagramma potrebbe essere stato utilizzato all'inizio anche come ornamento delle sinagoghe, com'è successo, per esempio, anche nelle cattedrali di Brandeburgo e Stendal, sul Marktkirche ad Hannover e sul sagrato del duomo di Vigevano. Un pentagramma in questa forma è stato ritrovato anche sull'antica sinagoga di Tell Hum.

Scudo con le stelle

Nel 1354, il Re di Boemia, Carlo IV prescrisse per gli ebrei di Praga una bandiera rossa con sia lo scudo di Davide che il sigillo di Salomone, mentre la bandiera rossa con la quale gli israeliti incontrarono il Re Mattia di Ungheria nel XV secolo aveva due pentagrammi con due stelle d'oro (Schwandtner, Scriptores Rerum Hungaricarum, ii. 148). Il pentagramma, perciò, era evidentemente in uso anche tra gli Ebrei. Si può vedere in un manoscritto già dall'anno 1073 . Nel primo libro di preghiere in ebraico, stampato a Praga nel 1512, un grande Scudo di David appariva sulla copertina. Nel colofone del libro venne scritto: «Ogni uomo sotto la sua bandiera concorda con la casa dei suoi padri... e merita di conferire un dono benigno su ognuno che porta lo Scudo di Davide». Nel 1592, a Mordechai Maizel venne dato il permesso di esporre «una bandiera del re David simile a quella della Sinagoga Principale» nella sua sinagoga a Praga. Nel 1648 ai giudei di Praga venne di nuovo dato il permesso di esporre una bandiera come ricompensa per aver partecipato in difendere la città contro gli Svedesi. Su uno sfondo rosso compariva uno Scudo di David in giallo al centro del quale stava una stella svedese. Successivamente, la Stella di David può essere trovata sulle lapidi degli ebrei religiosi fin da centinaia di anni fa in Europa, ed è universalmente accettata come simbolo del popolo ebraico. A conseguenza dell'emancipazione giudea dopo la Rivoluzione francese, le comunità ebraiche scelsero la Stella di David per rappresentarsi. Nella contemporaneità, diverse sinagoghe degli ortodossi moderni, e anche numerose sinagoghe di altri movimenti ebrei, espongono comunque la bandiera di Israele con la Stella di David in evidenza di fronte alle sinagoghe e vicino all'arca contenente i rotoli della Torah.
Vi risparmio, per stavolta, l’uso della stella di David nelle altre religioni. Non svenite, per favore!


01/06/09

Un sito per Elémire Zolla


Il sito sarà online nei prossimi giorni all'indirizzo
www.elemirezolla.net
e conterrà scritti, riflessioni, immagini e articoli
dell'affascinante ma controverso studioso.