07/02/25

Per i tipi di Hipérbola Janus, esce l'edizione spagnola del nostro "Che cos'è l'esoterismo"

 

Nos complace presentar al lector en lengua española una novedad de primer orden, y sobre un tema que viene siendo objeto de interés por parte de nuestra línea editorial, como es el esoterismo, que hemos abordado recientemente a través de un nuevo recopilatorio de la obra evoliana en Ensayos filosóficos, esotéricos y religiosos 1925-1931, donde hemos tratado de rescatar los textos de las primeras etapas en la formulación del pensamiento del Maestro Romano. No obstante, no es la primera aventura que hemos emprendido en este terreno, siempre complejo y acompañado de la etiqueta, popular y quizás vulgarizada, de lo «misterioso» y lo «oculto», aunque no somos nada sospechosos en ese sentido por banalizar o tratar de ofrecer un enfoque puramente literario del asunto, y ni mucho menos de simpatizar con aquellas vías que entroncan con el New age, donde las mixtificaciones y la voluntad de convertir el fenómeno esotérico en un producto de consumo más, como demanda el mercado, para satisfacer demandas materiales o simples modas de una masa sobresocializada son norma habitual.

Podríamos citar multitud de obras que están presentes en nuestro catálogo, como son El pensamiento esotérico de Leonardo, de Paul Vulliaud, El mundo mágico de los héroes, de Cesare della Riviera, una joya del esoterismo italiano del siglo XVII, en El maestro de la tradición perenne, de René Guénon, o en el ensayo de Gianluca Marletta OVNIS y alienígenas. Origen, historia y prodigio de una pseudorreligión, un ensayo de notable originalidad donde se abordan aspectos esotéricos, aunque sea de un modo más tangencial. También en la literatura, con la obra del gran mitólogo y literato Boris Nad, Una historia de Agartha y La muerte púrpura de Gustav Meyrink encontramos nuevas referencias al ámbito esotérico. De modo que podemos concluir en que el esoterismo forma parte esencial de nuestras publicaciones e intereses como editores, y contribuimos activamente a su difusión.

Una obra original

Por eso la presente obra, la que nos disponemos a presentar, cuyo título es ¿Qué es el esoterismo?: Entre verdades y falsificaciones, de Bruno Bérard y Aldo La Fata, viene a ser una obra muy necesaria y clarificadora en la comprensión del esoterismo en todas sus dimensiones, en la complejidad de sus particulares, y en sus múltiples manifestaciones. Quizás en el mundo de habla hispana el esoterismo es un fenómeno que no ha obtenido su merecida atención, y nuestros autores en este ámbito, como es el caso de un Ramón Llull entre otros, no sean objeto de la atención que merece, y las actividades esotéricas, a nivel de asociaciones, comunidades u otras formas de organización, tampoco sean especialmente conocidas, ni cuenten con una actividad reconocida. Es posible, como señala La Fata, que haya ciertas reticencias dentro del mundo católico, acostumbrado a la ortodoxia y la guía espiritual de la Iglesia, y que cualquier tipo de «desviación» hacia formas más individuales y «libres» de vivir ciertas formas iniciáticas, mucho más sutiles, provoquen el rechazo y la incomprensión general. No obstante, como también se encargan de aclarar nuestros autores, el esoterismo comprende una dimensión diferenciada, implica un esfuerzo que no todos están dispuestos a acometer, y finalmente, no es tampoco un camino de felicidad y de frutos seguros, implica una transformación interior y la asunción de unas prácticas y procedimientos que no son aptos para cualquiera. Digamos que el esoterismo es un camino, una vía, que a diferencia de las «religiones populares», exotéricas, supone un arduo camino que viene marcado por un principio vertical y aristocrático de la existencia, o al menos así queremos verlo nosotros. El incremento de la capacidad de discernimiento, aunar lo visible con lo invisible, y ser capaz de superar límites vedados al común, no por simple vanidad ni por «crecimiento personal», tal y como se concibe en las aburguesadas y decadentes sociedades actuales, sino como parte de un proceso de aprendizaje, de autoconocimiento y de liberación. No nos cabe duda alguna de la necesidad de restaurar los antiguos vínculos con lo Alto, las vías que quedaron cerradas y que nos han limitado progresivamente al exclusivo y estrecho ámbito de la materialidad.

La obra emplea el recurso de la entrevista/diálogo, que aporta frescura y fluidez al texto «simplificando», o más bien haciendo más accesibles y comprensibles elementos relacionados con el esoterismo, que de otro modo resultarían excesivamente complejos para una parte del público lector poco familiarizado con la materia. Este dinamismo se ve complementado por la riqueza de matices e ideas que se van introduciendo de manera progresiva, evitando que el lector pueda verse abrumado por la avalancha de ideas y contenidos. Las preguntas de Bruno Bérard, siempre inteligentes, incisivas y pertinentes, además de ordenadas y bien estructuradas, favorecen la continuidad y el dinamismo en la exposición de los temas, ejerciendo de guía en la conversación. De ahí que el libro sea apto para diferentes niveles, tanto para aquellos que desconocen el esoterismo, como para quienes se encuentran familiarizados con el tema. Aldo La Fata, de acuerdo con su dilatada y extensa trayectoria en la materia, nos hace reflexiones teóricas de enorme valor, que entrelaza con su propia experiencia y trayectoria en el estudio del esoterismo. Sin lugar a dudas este aspecto nos permite ver una vertiente más humana e íntima, en la que se incluyen anécdotas personales y biográficas que siempre permiten una mayor conexión con el lector a través de la mezcla de hechos vitales y erudición teórica.

La entrevista que nos ofrecen Bruno Bérard y Aldo La Fata nos permite explorar la relación dialéctica que se genera entre el esoterismo y otros ámbitos como la religión, la ciencia o la filosofía. Todas las cuestiones se abordan desde enfoques muy concretos, abordando problemáticas particulares, que dan lugar a reflexiones más amplias evitando las simplificaciones e invitando a reflexiones mucho más profundas. De ahí la función de introducción y guía a la que nos venimos refiriendo.

Estos aspectos que acabamos de enumerar con anterioridad revelan un notable esfuerzo pedagógico por parte de los autores para acercarnos al estudio del esoterismo, nos aporta las herramientas necesarias, parafraseando el título de la obra, para discernir entre un verdadero esoterismo y sus falsificaciones.

Más allá de estos aspectos formales, que consideramos que es importante destacar, porque en ellos reside el éxito de la obra, en un planteamiento que resulta original, a la par que ameno y de gran interés, debemos considerar otros aspectos que hacen más referencia al contenido. «¿Qué es el esoterismo? Entre verdades y falsificaciones» pretende, como decíamos, clarificar qué es el esoterismo, cuales son sus particulares, sus características y atributos, su naturaleza más íntima, como fenómeno espiritual y filosófico en sus aspectos más profundos, que podemos remontar a épocas muy remotas y lejanas en el tiempo. Pero el esoterismo aparece en ocasiones fuertemente imbricado en otras estructuras de pensamiento, de tipo tradicional, como son las grandes religiones (Cristianismo, Islam, Judaísmo etc) y otros conceptos como la mística y la metafísica, cuyas relaciones hay que desentrañar.

La importancia de René Guénon

Aldo La Fata nos libera desde el principio de posibles equívocos al enfatizar que el verdadero esoterismo no es una simple acumulación de conocimientos secretos o rituales exóticos, sino una vía de trascendencia espiritual basada en el rigor y la autenticidad. A este respecto René Guénon aparece como uno de los grandes esoteristas de nuestro tiempo, en la medida que fue el gran intérprete y codificador de estos conocimientos, una figura que marcó un antes y un después en la comprensión de este ámbito, especialmente por su rigor conceptual y su capacidad para distinguir entre lo auténtico y lo falso en las tradiciones espirituales. A tal respecto podemos poner como ejemplo sus contundentes análisis de las corrientes ocultistas, especialmente del espiritismo o del teosofismo, en diferentes obras. Podemos decir a este respecto que Guénon hizo una distinción entre esoterismo y ocultismo, disociando el significado del primero de prácticas superficiales y desviadas, mientras que definió el esoterismo como una vía de conocimiento sagrado y trascendente. En este sentido fue una labor fundamental para evitar confusiones con mixtificaciones modernas y pseudoesoterismos como aquellos relacionados con el New Age.

Paralelamente, y con ello queremos dignificar la figura de René Guénon, el tradicionalista francés también nos abrió las fuentes de un vasto conocimiento espiritual, expresión de una «Tradición primordial», a cuyos orígenes prístinos siempre deberíamos aspirar, y cuya impronta impregna por completo religiones, culturas y formas de civilización no modernas, claro está. Y otro elemento fundamental, y que en la presente obra se considera de vital importancia, es que René Guénon considera el esoterismo no como una vía interna propia de la religión, sino como una vía complementaria que permite acceder a la esencia divina más allá de las formas externas. Para Aldo La Fata no se trata de una mera referencia intelectual, sino una figura que marcó su propio rumbo dentro del estudio del esoterismo. A través de obras como Los símbolos de la ciencia sagrada, La Fata descubrió la profundidad y la coherencia del pensamiento guenoniano, así como la idea de que el esoterismo actúa como el «pegamento» que conecta todas las tradiciones espirituales. Esta visión le permitió entender el esoterismo como algo inseparable de la religión, aunque con una profundidad y una exigencia mayores.

¿Qué es el esoterismo?

El término esoterismo tiene sus raíces etimológicas en el griego esôterikos, que implica un «ir hacia dentro» y que se contrapone a una variante exterior que definimos como «exoterismo», que se encuentra más vinculado al ámbito de la religión. Se trata de un conocimiento que no atiende a un principio puramente intelectual y discursivo sino que apunta a una vivencia directa y sapiencial de lo trascendente. Lejos de la acumulación de saberes ocultos y rituales, lo que prima en la experiencia de lo esotérico es la conexión directa con lo trascendente y lo divino a través de la práctica espiritual.

De hecho hay tres aspectos que nuestros autores destacan a lo largo de la obra respecto al esoterismo, y que nos parecen fundamentales:

Interioridad: Supone un movimiento continuo hacia el interior, de exploración e introspección, en el que se tratan de derribar límites y obstáculos. Atendiendo a un dinamismo que huye de lo fijo y de lo estático.

Profundización: La búsqueda de significados más profundos tras la realidad cotidiana, buscando ir más allá de la pura exterioridad de las cosas

Relación con el exoterismo: Podemos considerarlo opuesto en sentido relativo al esoterismo, como una dimensión más externa y visible de las religiones, aunque este último (el esoterismo), no puede sobrevivir sin el apoyo de una tradición religiosa.

En relación al último punto debemos destacar, como advierten Bérard y La Fata, que pese a todo no podemos entender el esoterismo como una parte de las religiones, sino que tiene su propia función y objetivos, que no es otro que el que ya hemos mencionado con anterioridad: establecer una conexión directa con la verdad que irradia del principio universal y divino.

Otro aspecto interesante de la obra es el que nos habla de las relaciones entre esoterismo y metafísica, en el que el primero pretende ser también una vía de acceso al dominio del segundo. El esoterismo, como ya hemos visto, tiene como principal propósito trascender las categorías del mundo material para proyectarse en lo universal, y en este sentido comparte también objetivos con la metafísica, que pretende superar las limitaciones de la experiencia humana ordinaria y de acceder a las verdades primordiales que estructuran la realidad. Ambos apuntan a la raíz de todo lo existente, al absoluto. Las divergencias las hallamos en la forma o en el método para alcanzar estas verdades trascendentes, que en el caso del esoterismo nos remiten a símbolos, rituales y experiencias vivenciales que permiten al practicante interiorizar verdades universales.

De este modo, esoterismo y metafísica se nos presentan como realidades no opuestas, sino complementarias. La metafísica nos ofrece un marco conceptual y doctrinal para entender lo absoluto, mientras que el esoterismo se centra en su realización interna. En términos guenonianos, el esoterismo representa los aspectos operativos de la metafísica.

De modo que podemos decir que la metafísica aborda el tema trascendente desde una perspectiva conceptual, sin esa parte vivida de la experiencia en el conocimiento de lo universal. El esoterismo, por su parte, aporta esa contraparte que nos remite a la experiencia humana que permite al individuo acceder o ponerse en conexión con lo divino a través de su propio ser, de manera directa y vívida. Es un camino que el sujeto individual emprende para lograr una transformación interior.

Paralelamente, no podemos obviar dentro de todos estos procesos la participación de un elemento fundamental, como es la intuición suprarracional, que podríamos considerar como la herramienta que conecta al esoterista directamente con la fuente del conocimiento trascendente y universal, en lugar de hacerlo directamente a través de teorías o conceptos que siempre resultan más abstractos y difíciles de comprender en su vertiente más «discursiva». Al mismo tiempo, las relaciones que se establecen entre esoterismo y metafísica nos permiten poner en contacto las tradiciones religiosas con el conocimiento universal. Según La Fata, inspirándose en el legado de la obra de Frithjoff Schuon, cada tradición espiritual tiene una dimensión metafísica que puede ser comprendida y realizada a través del esoterismo, como un medio para acceder a la esencia inmutable de todas las formas religiosas.

Otro aspecto que esoterismo y metafísica comparten es la meta de superar la dualidad entre sujeto y objeto: Mientras que la metafísica conceptualiza esta unión como una verdad última, el esoterismo busca experimentarla directamente a través de la contemplación, el símbolo y la práctica espiritual.

En ¿Qué es el esoterismo?: Entre verdades y falsificaciones, asistimos a una presentación del tema tratado desde un conocimiento profundo y dilatado del tema, en la que ambos autores combinan la experiencia y el conocimiento que atesoran sobre el esoterismo y otros temas anejos, ofreciéndonos sus interpretaciones y enfoques particulares, y al mismo tiempo mostrando una gran capacidad de síntesis en la exposición de los temas tratados, que se inscriben en una multitud de tradiciones religiosas y espirituales de enorme complejidad. En este último punto reside también gran parte del valor de la obra, que constituye una novedad editorial especialmente relevante en su ámbito en lengua hispana.


Fonte: ¿Qué es el esoterismo?, de Bruno Bérard y Aldo La Fata | Hipérbola Janus